El Salvador es un país en donde la cultura propia ya no vale nada, la sociedad se encuentra inmersa en un mundo de consumismo y globalización. La transculturización es un hecho que ya no se puede ocultar en El Salvador, la globalización en los últimos años ha sido tal que de alguna manera ha logrado sustituir nuestras costumbres y paradigmas por adoptar culturas externas, en su mayoría de Estados Unidos y otros países europeos. Muchos se preguntan si ¿Es posible escapar de esta globalización que cada día consume más a nuestra juventud salvadoreña?, a mi punto de vista es de valorar que actitudes son dignas de imitar de otros países y cuáles no; necesariamente no todo es malo, podemos escoger entre las costumbres o avances tecnológicos que podríamos imitar en nuestra sociedad y cuáles no. ¿Por qué no inclinarse por las costumbres que podrían servir para hacer de nuestro país una mejor nación?, por ejemplo, reformas educativas, reformas institucionales, modelos económicos,